Van en un barco
navegando mis sueños
como cometas
sin rumbo, a la deriva
sin timón ni tiempo
alejados de la orilla real
atrapados en niebla y viento.
Un remolino silencioso
los invita a la calma
destrozando cuerpo y alma.
El destino les muestra
la luz de un faro
más ellos se pierden
buscando lo anhelado.
La voz de la conciencia
les está pregonando
no es el puerto preparado
y los sueños se marchitan
quedando entre piratas
como tesoros atrapados.